Las reglas del póquer

Hay muchas variantes del póquer, pero las reglas básicas permanecen inalteradas en las más populares. Para empezar, los jugadores hacen un depósito en la “banca”, y ganar esta banca es el punto clave en una partida de póquer. El crupier distribuye las cartas entre los jugadores. Las cartas en posesión del jugador se llaman “la mano”.
El crupier es el puesto más importante que se puede tener en una partida de póquer. El crupier es la persona que “dirige” el juego, repartiendo las cartas a los jugadores. Las cartas se reparten en el sentido de las agujas del reloj, empezando por el jugador sentado a la izquierda del propio croupier. La posición del crupier suele denominarse “botón” y se considera la más “beneficiosa”, ya que su titular suele ser la última persona en hacer una apuesta en la mayoría de las variantes del póquer (incluida la más popular, el Texas Hold’em).
Después de repartir las cartas, comienzan las rondas de apuestas, durante las cuales los jugadores tienen que hacer sus apuestas. Las rondas de apuestas, al igual que la distribución de cartas, se juegan en el sentido de las agujas del reloj. El ganador es el jugador con la mano más fuerte, o el último hombre en pie con sus cartas.
En el Texas Hold’em, se reparten dos cartas a cada jugador boca abajo. También se pueden repartir hasta cinco cartas comunitarias. Las cartas comunitarias pueden ser utilizadas por todos los jugadores para formar una combinación de cartas con el fin de obtener la mano más fuerte. Si otros dos jugadores ganadores tienen la misma mano, la banca se reparte entre ellos. Si queda una ficha impar en la banca, el jugador con la carta más fuerte en la mano la reclama.

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