La primera ronda de apuestas en el póquer se llama preflop. Comienza inmediatamente después de que se repartan las cartas. Dependiendo de la variante exacta de póquer, puede haber varios preflops. En el Texas Hold’em suele haber hasta dos. Es posible ganar la banca en esta fase del juego haciendo la apuesta que ningún oponente podrá igualar.

Apostar en el preflop.

Cuando se hacen todas las apuestas forzosas (ciega pequeña y ciega grande), el crupier empieza a distribuir cartas a los jugadores. En función de las cartas obtenidas, los jugadores deciden si quieren seguir jugando o esperar a la mejor mano.
El jugador sentado a la izquierda de la ciega grande comienza a apostar. Tiene tres opciones:
Retirarse (o pasar).
Pasar.
Aumentar.
Las apuestas preflop terminan cuando todos los jugadores se han retirado – en este caso, el ganador es el jugador que ha hecho la subida o la ciega grande, o cuando todos los jugadores han hecho el call. En este caso, se inicia la siguiente fase del juego, y el crupier comienza a distribuir tres cartas comunitarias – esto se llama el flop.

Estrategia preflop.

Las acciones realizadas durante el preflop suelen determinar cómo se desarrolla el resto del juego. Se recomienda a los principiantes elegir cuidadosamente sus manos iniciales. El post-flop será mucho más fácil ya que es menos probable que se encuentre en una posición difícil. La decisión correcta viene determinada por los siguientes factores: la fuerza de la mano, su posición en la mesa y las acciones de los oponentes. Si tiene en cuenta los tres aspectos, podrá realizar la jugada más óptima.